Julio 2020 | Raquel López Paños, fisioterapeuta y experta en Terapia Acuática
Dentro de las distintas técnicas acuáticas que os presentamos en este blog sobre la Terapia Acuática, hoy os daremos más a conocer qué es el Ai Chi®.
El Ai Chi® fue desarrollado en 1993 por Jun Konno (imagen 1). Es entrenador de natación, autor y conferenciante internacional, y, el fundador y presidente del Instituto Aquadynamics en Yokohama (1, 2). En sus inicios se creó como método de preparación para profesionales y participantes de Watsu®, no solo para mejorar su manejo y control postural dentro del agua, si no porque también basa la técnica en el estiramiento de los meridianos buscando la relajación activa y el trabajo de fuerza global del cuerpo, así como el propósito clásico oriental de equilibrio energético, según la filosofía Masunaga (1, 2).
Se asemeja al TAi Chi® en tierra, complementado con conceptos Zen Shiatzu, técnicas de QiGong y Watsu (1-3). En este momento, el Ai Chi® consta de 19 movimientos o katas . Son movimientos lentos y amplios, continuos donde se coordina la respiración profunda con patrones de miembros superiores, inferiores y el control de tronco y equilibrio (3, 4)
El Ai Chi® se lleva a cabo dentro de una piscina a una temperatura entre 30-35º, el agua a la altura de los hombros con una posición de ligera flexión de rodillas en bipedestación, aunque se puede adaptar a la sedestación en aquellas personas que les fuera difícil mantener la posición bípeda. Es guiado por un profesional experto, y puede llevarse a cabo en clases grupales, en sesiones individuales o por parejas (Ai Chi® Ne). Generalmente, las sesiones van acompañadas de música para guiar los movimientos y el ritmo respiratorio (14-16 respiraciones por minuto). Dentro de la secuencia básica, se puede progresar en la dificultad según las habilidades que vayan adquiriendo los participantes, buscando como meta la atención hacia el movimiento consciente y de poco esfuerzo (1, 4).
Junto con las propiedades del agua y sus ventajas hidrodinámicas ya conocidas, los beneficios obtenidos van dirigidos hacía una mejoría de condición de salud o hacía unos objetivos terapéuticos específicos, conocido en este caso como Ai Chi® clínico (imagen 2). Este concepto fue validado por Jun Konno en la Association International Aquatic Therapy Faculty (ITAF) (2, 4).
Por tanto, gracias a la secuencia de movimientos amplios y lentos, coordinados con una respiración profunda, un buen control postural, reacciones de equilibrio y enderezamiento y el tiempo de inmersión en el medio acuático, podemos destacar los beneficios terapéuticos generales que obtenemos de las sesiones de Ai Chi® (1, 2):
- Mejorar la flexibilidad, el rango articular y la movilidad en general, como principal objetivo.
- Mejorar el equilibrio y la coordinación motriz.
- Mejorar el sistema endocrino, el metabolismo y el consumo calórico durante la actividad.
- Activar la circulación sanguínea, gracias a la movilidad y al hecho de estar en inmersión acuática.
- Revitalizar la circulación energética a lo largo de importantes puntos meridianos.
- Mejorar la capacidad aeróbica.
- Disminuir el estrés, el insomnio, la depresión, la fatiga, la ansiedad, gracias a la relajación activa durante la sesión.
- Mejorar la concentración y cognición durante la tarea, desde el punto de vista propio e interoceptivo, abordando el aspecto psicológico de forma positiva.
Por tanto, sus aplicaciones terapéuticas abarcan a la mayoría de la población: personas con afecciones neurológicas, disfunciones musculoesqueléticas, mujeres embarazadas, personas en procesos oncológicos, desordenes depresivos y/o ansiedad, enfermedades degenerativas y crónicas en general. De igual modo, está dirigida a personas en un abanico muy amplio de edad (2).
Es por ello, que uno de los principales objetivos sea implicar a la movilidad y la cognición y por tanto, abordar el marco de la prevención de caídas dentro de la población de riesgo que tiende a sufrirlas (personas mayores y/o aquellas con disfunciones neuromusculares), llegando a producirse grandes complicaciones tras el incidente (4).
Actualmente la evidencia científica sobre las implicaciones de programas de intervención con Ai Chi® van dirigidas hacia pacientes con afección neurológica, patologías crónicas, disfunciones musculoesqueléticas y como entrenamiento del equilibrio en la población específica. El trabajo de Bayraktar et al. (5) muestra en personas con esclerosis múltiple la mejoría en la movilidad, la fuerza, la resistencia muscular y el nivel de fatiga a través de un programa de Ai Chi®. Por otro lado, Pérez de la Cruz et al. presentan un artículo sobre la intervención de Ai Chi® en mujeres afectadas de fibromialgia (6) señalando la mejora sobre la salud física, mental y en su calidad de vida. Sobre la enfermedad de Parkinson, también señalan los resultados positivos en esta población con respecto a la funcionalidad, la movilidad, el equilibrio y la calidad de vida (7, 8). Otros estudios se dirigen más hacia los problemas articulares como la osteoartritis de rodilla y cómo un programa de Ai Chi® disminuye la rigidez y el dolor articular así como la sensación interoceptiva de mejoría del propio paciente (9). Incluso trabajos más recientes apuntan sobre el beneficio de esta técnica en pacientes tras un ictus sobre la transferencia de peso y el equilibrio funcional (1).
PROFESIONALES INSTRUCTORAS.
Actualmente, somos dos integrantes, dentro del equipo del Instituto de Formación Watsupath, las acreditadas por Jun Konno como Instructoras Nacionales de Ai Chi®: Elisa Muñoz Blanco y Raquel López Paños (imagen 3).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Sova R, Konno J (1999). Ai Chi®, balance, harmony and healing. DSL, Port Washington.
2. Instituto de formación Watsupath. https://watsupath.com/
3. Ku PH, Chen SF, Yang YR, Lai TC, Wang RY. The effects of Ai Chi® for balance individuals with chronic stroke:randomized controlled trial. Scientific Reports (2020). 10:1202.
4. Güeita Rodriguez J, Alonso Fraile M. Terapia acuática: Abordajes desde la fisioterapia y la terapia ocupacional y la logopedia. 2ª edición. 2021 Elsevier España.
5. Bayraktar D, Guclu-gunduz A, Yazizi G, Lambeck J, Batur-caglayan HZ, Irkec C,Nazliel B. Effects of Ai-Chi on balance, functional mobility, strength and fatigue in patients with multiple sclerosis: a pilot study. NeuroRehabilitation 33 (2013). 431–437.
6. Pérez-de la Cruz S, Lambeck J. A new approach to the improvement of quality of life in fibromyalgia: a pilot study on the effects of an aquatic Ai Chi® program. International Journal of Rheumatic Diseases (2016).
7. Pérez-de la Cruz S, Luengo AG, Lambeck J. Effects of an Ai Chi® fall prevention programme for patients with Parkinson’s disease. Neurología (English Edition) (2016). 31, 176–182.
8. Kurt EE, Büyükturan B, Büyükturan Ö, Erdem HR, Tuncay F. Effects of Ai Chi® on balance, quality of life, functional mobility, and motor impairment in patients with Parkinson’s disease. Disabil Rehabil. 2018 Apr;40(7):791-797.
9. So BCL, Kong ISY, Lee RKL, Man RWF, Tse WHK, Fong AKW, Tsang WWN. The effect of Ai Chi® aquatic therapy on individuals with knee osteoarthritis: a pilot study. J Phys Ther Sci. 2017 May;29(5):884-890.