Marzo 2020 | Raquel López Paños, fisioterapeuta y experta en Terapia Acuática
Actualmente, el uso del agua como agente terapéutico comienza a gozar de mayor popularidad como medio rehabilitador óptimo en diversas disfunciones y patologías, así como en la diversidad de edades en las que se puede llevar a cabo dentro de este medio.
Es importante destacar la variada terminología que se emplea cuando se hace referencia a las terapias y a las actividades aplicadas en el medio acuático. El primer concepto es el de hidroterapia, entendiendo como tal la utilización del agua como agente terapéutico mediante la aplicación de las propiedades físicas, térmicas o químicas (aguas mineromedicinales) sobre un cuerpo o región corporal, mediante los diferentes estados del agua (solido, líquido, gaseoso o mixto) y variados estímulos mecánicos (bañeras, chorros, lodos). Y por otro lado, se definen los términos terapia acuática o terapia en agua o terapia física en agua donde se determina como una terapia física en un medio acuático empleando las propiedades del agua y llevadas a cabo por un terapeuta cualificado para mejorar la función, la actividad y la participación del individuo (1,2).
Actualmente la propuesta más aceptada para la clasificación de la terminología señala que “la fisioterapia acuática se refiere a la práctica especial de fisioterapia con intención terapéutica, dirigida a la rehabilitación o el logro de objetivos específicos físicos y funcionales de las personas en el medio acuático. Se diferencia del término más genérico de “hidroterapia”, que es llevada a cabo por gran variedad de especialidades profesionales, incluyendo inmersión en agua caliente, inmersión en agua desmineralizada (balneoterapia y spa), inmersión en agua caliente mecánicamente turbulenta (spa terapia), la aplicación externa de agua a presión (hidromasaje), aplicación de agua caliente en el colon (irrigación del colon), la aplicación de agua de diferentes temperaturas y presiones a través de duchas y toallas (terapia Kneipp), y la terapia basada en el movimiento en agua (hidrokinesioterapia). La terapia acuática, de manera similar, se refiere a actividades de intención terapéutica basadas en el agua. Es común entre la literatura americana, e incluye la práctica de, por ejemplo, los terapeutas físicos, terapeutas del ejercicio, las enfermeras y los instructores de ejercicios. El ejercicio acuático tiene la intención de entrenamiento físico en personas sanas y asintomáticas, y ejercicios en el agua es su sinónimo. Describe, a su vez, como la terapia física acuática interviene en las tres dimensiones de la Clasificación Internacional de la Funcionalidad, la Discapacidad y la Salud (CIF), (OMS, 2001), y agrega una cuarta, la Calidad de Vida”(3).
Engloba en ello, diferentes métodos tales como Concepto Halliwick, Métodos de los anillos de Bad Ragaz, Ejecución de aguas profundas, Aquajogging, Watsu® y Ai chi®. Siendo los objetivos principales la movilización articular, técnicas de elongación y relajación, reeducación funcional y postural (3).
Es por ello relevante destacar qué hace tan interesante y beneficioso el uso del medio acuático como agente terapéutico. Principalmente en una piscina es por uso de sus propiedades físicas, gracias a los efectos mecánicos y térmicos del agua. Los efectos térmicos se obtienen a través de la temperatura del agua desde la clasificación de muy fría a muy caliente, siendo la óptima de 30º-40º (tabla 1). Aunque hay variabilidad en este aspecto dependiendo de la tarea acuática y su objetivo, del tiempo de inmersión invertido, de la patología a tratar y de las características de la instalación (2,4-6). Generalizando, el trabajo en agua caliente nos aporta efectos de la vasodilatación, la sedación y la facilitación del flujo sanguíneo, reducción de la ansiedad, mientras que la terapia en agua fría buscamos los efectos de vasoconstricción y sensación de anestesia (2,5).
TEMPERATURA PERCIBIDA | TEMPERATURA REAL |
Muy fría | 10-15ºC |
Fría | 15-30ºC |
Neutral | 35-36ºC |
Templada | 37-38ºC |
Muy templada | 39-40ºC |
Caliente | 40-45ºC |
Muy caliente | 45-50ºC |
Tabla 1. Clasificación de los diferentes grados de temperatura del agua (4).
Y con respecto a los efectos mecánicos del agua depende principalmente de las propiedades de la flotabilidad y presión hidrostática, así como la resistencia y la profundidad o porcentaje de inmersión del cuerpo sumergido. Con la flotabilidad disminuye la sensación gravitacional, así como de la presión, fricción o estrés articular, permitiendo la reeducación precoz de las actividades funcionales (2,5). Y con respecto a la presión hidrostática se produce un aumento del volumen sanguíneo central, reduciendo los volúmenes pulmonares, aumentando el trabajo respiratorio, aumento de la diuresis (1,2, 4), que combinada con otro factores se estimula a diferentes receptores táctiles y propioceptivos, facilita la regulación del tono muscular hacia funciones estáticas y dinámicas de equilibrio y control postural (5).

Con respecto a su repercusión en el sistema nervioso, partiendo del conocimiento de la estimulación del sistema para simpático y disminución de la actividad simpática (2,4-6), existen efectos positivos sobre la vascularizacion cerebral, la actividad cortical (somatosensorial y motora), las funciones ejecutivas durante la realización de tareas y la producción de factores neuroprotectores (5).
Por tanto, obtendremos efectos fisiológicos debido a la inmersión en agua a nivel cardiovascular, respiratorio, renal, musculoesquelético, neuromuscular y psicológico (1). Es por ello, que el terapeuta acuático es un profesional cualificado que conoce tales efectos biológicos, y así diseñar la terapia de intervención, graduando las temperaturas, la profundidad de inmersión, las tareas y la duración de los sesiones (4).
Contando con las propiedades del agua y los efectos fisiológicos posibles, la terapia acuática está indicada en disfunciones musculoesqueléticas, rehabilitación pre y postquirúrgica, trastornos neurológicos, ortopédicos, cardiovasculares, respiratorios, y en población infantil y geriátrica, así como en personas sanas sin patología previa. Es por tanto un programa de tratamiento y de prevención de salud idóneo dentro de cualquier marco poblacional (1, 2, 5).
Dentro del Instituto de Formación Watsupath™, algunas de las técnicas acuáticas que iremos desarrollando en el blog son:
- WATSU®
- TERAPIA CRANEO-SACRAL EN AGUA™
- AI CHI®
Referencias
- Güeita-Rodríguez J, Alonso Fraile M, Fernández de las Peñas C. Terapia acuática. Abordajes desde la fisioterapia y la terapia ocupacional. 1ª.ed. España: Elsevier; 2015.
- . An J, Lee I, Yi Y. The Thermal Effects of Water Immersion on Health Outcomes: An Integrative Review. Int J Environ Res Public Health. 2019 Apr 10;16(7). pii: E1280. doi: 10.3390/ijerph16071280.
- Aquatic Physical Therapy International. Terminology in Aquatic Therapy. World Confederation for Physical Therapy 2010 Oct 28 Disponible desde: URL:http://www.wcpt.org/apti/terminology
- Pieniążek, M. Rehabilitation in the aquatic environment. Arch Physiother Glob Res 2015; 19(1): 35-41
- Güeita-Rodríguez J, Hoyas-Ávila S, Palacios-Ceña D, Molina-Rueda F. Efectos de la inmersión vertical en el agua sobre el sistema nervioso: revisión sistemática. Rev Neurol 2019; 68: 181-9. doi: 10.33588/ rn.6805.2018331.
- Schitter AM, Fleckenstein J, Frei P, Taeymans J, Kurpiers N, et al. (2020) Applications, indications, and effects of passive hydrotherapy WATSU (WaterShiatsu)—A systematic review and meta-analysis. PLOS ONE 15(3): e0229705. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0229705